Carolina Ibarra, la romántica conductora de Disney Channel
Todavía conserva las diminutas zapatillas de baile que usaba cuando era una frágil niña de 8 años y daba sus primeros pasos en el Teatro Colón. Con voz entusiasta, Carolina Ibarra (27) relata sus inicios como aspirante a bailarina del cuerpo de ballet del renombrado coliseo argentino. Recuerdos que, según confiesa la conductora del programa “Zapping Zone” de la señal Disney Channel, la remontan a una infancia con temprana vocación artística.
“Desde chica iba con mi mamá a ver las obras al Colón, y estaba fascinada con la idea de ser bailarina clásica. Recuerdo que mi primera clase fue con la gran Olga Ferri, y terminé llorando al sentir tanta exigencia. Con la danza aprendí la necesidad de la disciplina y el sacrificio”, relata Carolina, quien también prestó su voz para los doblajes de los filmes “Los increíbles”, “Cars” y “El Arca”. Dice que heredó de su madre, Rita, una bailarina de tango, la veta artística que, a los 17 años, también la condujo hacia las clases de teatro como terapia para superar su timidez. “Era tan introvertida que me dieron a elegir ir al psicólogo o estudiar teatro. Una vez que me metí en el mundo de la actuación, entendí que mi camino pasaba por ese lado y decidí iniciar una carrera como actriz”, asegura.
El tiempo pasó y llegaron los casting para publicidades y televisión y el sueño de pisar un escenario. Tomó clases de teatro con Lito Cruz, Raúl Serrano y Julio Chávez, de baile con Ricky Paskus y se formó en comedia musical con Sergio Lombardo. Llegar a ser conductora del Disney Channel, hace ya siete años, fue una gran sorpresa y todo un desafío.
“Soy actriz, pero en la conducción encontré grandes satisfacciones. Fue un casting extenso de 800 personas en el que no nos dijeron que sería para un ciclo de Disney. Me acuerdo que usé un vestido turquesa y no paré de hablar..., porque así soy en realidad. Siempre me pregunto por qué fui elegida y creo que fue porque jamás dejé de ser natural. Viajé cuatro veces a Disney y encuentro en la historia de `La bella y la bestia`, la explicación del amor incondicional. Por eso creo que era mi destino trabajar para Disney. El contacto con los chicos y la ilusión con que viven la vida, es algo maravilloso”, reflexiona Carolina, una carismática taurina, amante de la buena mesa, cuya única habilidad culinaria es preparar sushi. Se describe bastante distraída, nómade y muy inquieta. Desde hace seis años dejó la casa paterna para mudarse a siete cuadras, a un departamento de Belgrano.
Fuente sacada de revista caras